El F-86 Sabre, que se comenzó a fabricar en 1940, fué uno de los primeros intentos serios de volar mas rápido que la velocidad del sonido. Y aunque oficialmente el primer vuelo en romper la barrera del sonido fue el de Chuck Yeager con el Bell X-1, la realidad es que este fue el primer vuelo horizonal que realizó esta proeza en 1947, pero el Sabre lo había conseguido en descenso unas semanas antes.
Uno de los factores necesarios para permitir el vuelo supersónico es la forma de las alas (ver esta mágnifica entrada de Juan de la Cuerva), que deben tener una pronunciada forma de flecha. Pero uno de los problemas de este diseño es que si bien son buenos para el vuelo a altas velocidades, no lo son tan buenos en las operaciones de despegue y aterrizaje porque la punta del ala entra en pérdida antes que el resto del avión. Al estar ademas el centro de gravedad mas retrasado que en un avión convencional, provoca que la parte delantera se levante agravando mas aún la situación de pérdida. A este fenómeno, que fué por primera vez identificado en los Sabre, se le conoce como la danza del Sabre
Uno de los factores necesarios para permitir el vuelo supersónico es la forma de las alas (ver esta mágnifica entrada de Juan de la Cuerva), que deben tener una pronunciada forma de flecha. Pero uno de los problemas de este diseño es que si bien son buenos para el vuelo a altas velocidades, no lo son tan buenos en las operaciones de despegue y aterrizaje porque la punta del ala entra en pérdida antes que el resto del avión. Al estar ademas el centro de gravedad mas retrasado que en un avión convencional, provoca que la parte delantera se levante agravando mas aún la situación de pérdida. A este fenómeno, que fué por primera vez identificado en los Sabre, se le conoce como la danza del Sabre