Cuando aprendes a volar, una de las primeras cosas que te repiten insistentemente es: siempre hay que tocar primero con el tren principal.
El conjunto de ruedas principales esta diseñado para absorber una gran cantidad de fuerza y de hecho, durante las fases de pruebas se deja caer el avión a plomo para ver lo que es capaz de aguantar y si entra dentro de los límites establecidos por el diseñador. Normalmente, una toma con el tren delantero suele ser muy peligrosa porque es muy fácil romperlo (espero no comprobarlo nunca) y provocar un accidente tanto por el calor que puede provocar el rozamiento contra la pista como por la pérdida de capacidad de dirigir el avion.
Otra de las cosas que también se enseñan es a evitar a toda costa que el avión rebote contra la pista, porque lo habitual es que cada rebote sea mas alto que el anterior hasta que llega el momento en que el avión pierde toda la sustentación y cae (casi siempre en vertical, de morro) contra la pista. La causa principal de que un avión rebote es una aproximación a demasiada altura o velocidad, y en caso de cualquier duda, motor y al aire.
Desgracidamente, parece que no todos los pilotos lo tienen tan claro, como el de este Ilyushin IL-76 que tuvo muchisima suerte de no acabar estampado contra la pista:
El conjunto de ruedas principales esta diseñado para absorber una gran cantidad de fuerza y de hecho, durante las fases de pruebas se deja caer el avión a plomo para ver lo que es capaz de aguantar y si entra dentro de los límites establecidos por el diseñador. Normalmente, una toma con el tren delantero suele ser muy peligrosa porque es muy fácil romperlo (espero no comprobarlo nunca) y provocar un accidente tanto por el calor que puede provocar el rozamiento contra la pista como por la pérdida de capacidad de dirigir el avion.
Otra de las cosas que también se enseñan es a evitar a toda costa que el avión rebote contra la pista, porque lo habitual es que cada rebote sea mas alto que el anterior hasta que llega el momento en que el avión pierde toda la sustentación y cae (casi siempre en vertical, de morro) contra la pista. La causa principal de que un avión rebote es una aproximación a demasiada altura o velocidad, y en caso de cualquier duda, motor y al aire.
Desgracidamente, parece que no todos los pilotos lo tienen tan claro, como el de este Ilyushin IL-76 que tuvo muchisima suerte de no acabar estampado contra la pista: